Dolphin: Una visión retrospectiva del aprendizaje de una segunda lengua

Parte 1: El examen

La mañana del Viernes cuando vi a mis alumnos entrar al salón de clase pude notar algo distinto en ellos. No tenían el ánimo que siempre mostraban al iniciar el día. Parecían derrotados, con una tristeza súbita que inexplicablemente se apoderaba de sus rostros.


  • Good morning - dije con toda la alegría que pude evocar en ese momento.

  • Good morning teacher - respondieron ellos, bajos de ánimo. Confirmando mi intento por motivarlos como inútil.

  • What happened? - pregunté.


Un silencio incómodo se apoderó del aula de clase.


  • Guys, what happened? - pregunté nuevamente con la esperanza de recibir una respuesta.


Antes de preguntar por tercera vez la misma cuestión, Juan Esteban alzó su mano con tan poca energía que por un momento pensé que estaba desperezándose. Acto seguido dijo derrotado:


  • The exam, teacher. The exam.


Lo miré con una expresión de consuelo y de repente escuché algunos lloriqueos en voz baja provenientes de la parte de atrás. 


  • No teacher, la verdad no sabemos qué hacer. Nos la pasamos estudiando día y noche para ese simulacro y estos resultados la verdad es que no son lo que esperábamos.


Di un vistazo rápido a todos los rostros que estaban a mi alcance y no pude evitar recordar estar en su lugar hace apenas unos años.


  • ¿Y qué pasa? Yo también perdí mi primer simulacro en el colegio.


Sus rostros de tristeza se transformaron rápidamente en miradas de asombro. Julieta en particular dejó de estremecerse y me preguntó rápidamente:


  • ¿Y qué examen era ese?

  • Exactamente el mismo que les acaban de entregar - dije sin emoción.

  • Pero profe - dijo Juan Esteban - ¿Cómo es posible que usted pierda un examen de esos?

  • ¡Si usted es la profe! - dijo Julieta


Una lluvia de escenas retrospectivas empezaron a invadir mi mente en ese momento.


  • Pero no siempre fue así. Si tan solo supieran el miedo que tuve en mi primer día… - dije mientras miraba el diccionario encima del pupitre de Juan Esteban.


Parte 2: El primer día


Paso rápidamente la página de mi diccionario de bolsillo esperando encontrar alguna palabra medianamente similar al español en aquellas líneas interminables de texto. “Apple.” alcanzo a leer. a fruit or other vegetative growth suggestive of an apple.”. Tomo una pausa y respiro. “Apple” me repito a mi misma, sin saber que aquella palabra en particular significaba manzana en mi idioma.


La puerta se abre y veo que mis compañeros entran corriendo en el salón de clases cargando sus maletas y sus demás implementos de clase. Bajo la vista nuevamente.


  • “Bird. any of a class of warm-blooded vertebrates distinguished by having the body more or less completely covered with feathers and the forelimbs modified as wings.


Birds, la palabra suena con eco en mi memoria desde ese entonces. Por supuesto, no tenía ni la más mínima idea de que aquellas cinco letras querían decir “pájaro” en inglés.


Mis últimos compañeros entran al salón entre gritos y risas. Vuelvo a pasar las páginas y mis ojos aterrizan en una palabra familiar. “Carrot.” leo con entusiasmo. “biennial herb (Daucus carota of the family Umbelliferae, the carrot family) with a usually orange spindle-shaped edible root.” La definición, por supuesto, no me dijo nada. Mi entusiasmo se debía a que, en el calor del momento, pensé automáticamente que carrot significaba “carro”. Cuál sería mi sorpresa unos años después, en pleno repaso del vocabulario de frutas y vegetales, que la palabra significaba realmente “zanahoria”. 


Justo cuando procedo a pasar a las palabras con “D”. Suena el timbre.


  • Good morning guys, and welcome to your first day of class. - dijo una voz desconocida que venía desde la puerta del salón.


Mi primer instinto fue aferrarme al diccionario que tenía en mi pupitre. Recuerdo estar tan nerviosa al no entender una palabra de lo que el profesor estaba diciendo. 


  • How is second grade treating you so far ? - continuó con cero emoción.


Alcé la vista para tratar de encontrar un rostro conocido que pudiera aclararme qué decía el profesor. Pero no encontré a nadie. Para mi desgracia, una estampida de niños de 8 años empezó a responder en lo que en ese entonces me parecía inglés nativo del mismísimo Reino Unido. “Very good”, “I’m so happy!” y “Teacher you look amazing!” fueron algunas de las frases entonces incomprensibles para mi.

  • You - dijo el maestro, silenciando de manera inmediata a todo el salón. - Stand up.


Me tomó unos buenos 15 segundos darme cuenta que me estaba hablando a mi. Naturalmente, no dije nada, solo agarré mi diccionario más fuerte. Justo cuando iba a preguntarle al profesor qué había querido decir, una niña en el puesto de atrás me susurró: “Párate”.


  • Stand up! - dijo el maestro más fuerte


Me paré muy asustada de mi silla, aún sin entender qué estaba pasando. Tomé disimuladamente mi diccionario y lo escondí detrás mío.


  • What is your name? - dijo firmemente este hombre tan intimidante


Pude sentir una risa ligera detrás mío. Agarraba firmemente mi diccionario. 


  • What is your name? - gritó el maestro.


Lo que hice después aún sigue grabado en mi memoria tras todos estos años. Tomé mi diccionario, lo abrí en una página al azar y dije: “Dolphin”.


Acto seguido, el salón entero estalló de risa.


  • Do you even speak English? - exclamó irónicamente el maestro. - Give me that book! - exclamó mientras tomó mi diccionario y lo arrojó al suelo.


En efecto, no hablaba inglés. Pero desde ese día me propuse aprenderlo.



Parte 3: Yellow


Durante los siguientes 10 años en el colegio, el inglés siempre estuvo a mi alrededor pero jamás me atreví a acercarme a él. Tenía demasiado miedo de equivocarme, así que durante todos y cada uno de los cursos de Inglés me limité a aprender lo necesario en cuanto a gramática, lo suficiente para pasar la materia, pero también para pasar desapercibida. Hoy en día medito en la falta de lógica que esto tuvo, pues decidí estudiar idiomas. En su momento pensé que hacerlo despertaría en mí el interés y la pasión que nunca tuve. Y, efectivamente, estaba en lo correcto. Aunque no fue la carrera como tal lo que verdaderamente despertó mi interés. Fue algo más, o más bien, alguien más.

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La clase se acabó temprano ese día. La profesora insistió en dejarnos descansar después de, según sus propias palabras, “sobrecargarnos con tanta información”. Se lo agradecí mentalmente. Después de 2 semestres viendo 2 horas diarias de Inglés, 5 días a la semana, 20 minutos extra eran un verdadero regalo.


Normalmente habría salido por la puerta principal como todos lo hacen, pero por algún motivo ese día decidí salir por el portón que daba al bosque contiguo a la universidad. A mitad de camino, paré un momento para poder abrir mi maleta y meter los libros que tenía en la mano para estar más cómoda en el trayecto. Fue ahí cuando escuché algo que llamó mi atención:


  • “...Look at the stars. Look how they shine for you”


Una melodiosa voz sonaba a la distancia entre los árboles. Jamás había escuchado algo medianamente similar en mi vida.


  • “And everything you do. Yeah, they were all yellow…”


Empecé a caminar tímidamente hacia el sitio de donde provenía tan bella música. Primero con pasos cortos, luego con pasos largos, hasta encontrarme a mi misma corriendo desesperadamente lejos de mi maleta y cerca de esta misteriosa melodía.


  • “Your skin. Oh, yeah, your skin and bones turn into something beautiful”


Llegué a una zona apartada entre los árboles y encontré a 6 personas formadas en círculo escuchando cantar a un chico con una guitarra. Nadie se percató de mi presencia al principio. Hasta que este personaje dejó de tocar, y me miró fijamente. Causando que los demás me miraran inevitablemente. 


  • Hey there! Who are you? - dijo el chico de la guitarra

  • María. - respondí a secas.

  • Hello María! I am Charlie. How old are you? - me dijo muy alegremente.

Por algún motivo entré en pánico.


  • I have 17 years old. - respondí sin aparentar nada de miedo. 

  • I am - respondió sonriendo.

  • What? - dije confundida.

  • You don’t have your age, you are your age. - dijo con tanta serenidad que me sentí muy cómoda con tan solo escucharlo.

  • I am 17 years old. - dije, apenada.


En ese momento sentí la necesidad de salir corriendo de ahí, pero antes de siquiera voltearme, como si supiera lo que estaba pensando en ese momento, este personaje se movió del sitio de donde estaba y me invitó a sentarme.


  • Here. - dijo mientras me sonreía amablemente - come sit with us.


Fue en ese momento donde sentí cariño por el idioma por primera vez en mi vida. Hubo algo en la manera en la que Charlie me acogió en su grupo (el cual después descubrí era un grupo estudiantil de música en inglés) que despertó una motivación por aprender más vocabulario y mejorar mi pronunciación, esta vez para no solo saber palabras sueltas, más interiorizar el idioma. Su manera tan amable de corregirme, su manera de validar mis conocimientos y mejorarlos a través de la música fueron claves para convertirme en la hablante de la lengua que soy hoy en día. 


Parte 4: El final


Juan Esteban me miraba fijamente mientras les contaba todas mis experiencias a mis alumnos. Cuando tomé una breve pausa, preguntó:


  • Yo pensé que usted siempre supo inglés teacher.

  • Ojalá hubiera sido así - dije. Todos soltaron una pequeña risa.


Julieta abrió su maleta y sacó una carpeta con algunos papeles. Tras sacar una pequeña hoja de papel, volvió a guardar sus útiles y me la extendió. Eran los resultados del examen.


  • Pensé que le gustaría ver que tal nos fue. - dijo con algo de miedo.


Tomé la nota y la dejé encima de mi escritorio. No quería verla. No había necesidad.


  • No tengo que ver sus notas para saber lo valiosos que son todos ustedes. El hecho de que no hayan sacado la mejor nota en un examen no significa que no sepan nada. Yo veo su progreso cada día y me llena de felicidad cada vez que los veo hablando y aprendiendo a su manera. Porque así es que adquirimos una segunda lengua, cada uno lo hace a su manera. Y quiero que sepan que me siento muy orgullosa de donde han llegado hasta el momento, y no puedo esperar para ver en qué se convertirán.


Hubo un silencio absoluto, y por un momento pensé que dije algo malo.


  • Thank you very much teacher - dijo Julieta

  • We love you - dijo Juan Esteban


Inesperadamente, todos se pusieron de pie y me abrazaron. No pude contener las lágrimas.


  • I love you too guys. - dije.

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